Ya oigo el ruido del tren. Dentro van el cantante de verbenas para sordos, el mimo para ciegos y el psicólogo que se sienta a escuchar las penas de los mudos. Puede que sea el único tren sin miedo a descarrilar, pues lo conduce la fugacidad de la sonrisa, y nunca falla.
1 comentario:
el mimo para ciegos...muy buena
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