domingo, 18 de octubre de 2009

A solas con los semáforos

Todavía oigo los graves de la música que la gente baila y usa pa liarse con quien no conoce. Todavía veo gente con vasos que se ríe sin más motivo que el de ser unos días de borrachera. Todavía veo gente vomitando en la acera de enfrente. Pero no te veo a tí. Quizá cuando te veo te desaprovecho, y ahora que estoy a solas con la calle y conmigo, te echo más que nunca de menos. El rojo de los semáforos me recuerda a tus labios y el sonido de las ramas de un árbol me hace recordar como mueves todas las hojas verdes de mi cuerpo cuando me abrazas. Aun así, creo que no me gustas. Me encantas.

sábado, 6 de junio de 2009

Inmerso en monotonía, tú eres mi único tema.

Necesito contarte algo. Quiero hacerte mi cómplice en este necio secreto sin más importancia que la de mi vida. Vivo inmerso una aplastante monotonía que cubre mi cara de letras escritas en tinta imborrable, siendo hoy un hombre totalmente distinto al que en realidad soy. Busco un alivio a esto y creo que podrías ayudarme. La pócima que cura mi aburrida vida es el veneno que engorda tus rojos labios. Necesito beber de ellos hasta dejarte seca, sin más ganas que recordar momentos juntos y hacer que mi mano sea la prisión de la tuya, encerrándola y ahogándola de locura desenfrenada plasmada en lienzos blancos como tu sonrisa. Busco salir de la indiferencia, y tú eres la puerta de salida…