domingo, 6 de junio de 2010

Aunque falsa, una sonrisa.

Voy tocando timbres, ya nadie me abre. Hace poco tenía todas las puertas abiertas, pero algo ha cambiado, me caí, me tiraste. He pasado de rey a mendigo, de león a rata, de bohemio a un triste raro. Da igual lo que pasara, la ostia me la he pegado yo, tu aún tienes tu bastón de princesa. Pero hay más reinos; no busco princesas (aunque me agrada una doncella que me chille y me de besos, que me quite la razón y se cabree conmigo pero solo se pelee conmigo debajo de las sábanas) busco gente que me arranque un gesto de felicidad. Gente que explote lo que yo pueda dar y haga de mis defectos y errores un factor con la mínima importancia. Sigo tocando timbres y nadie me abre. Pero voy a seguir llamando hasta que alguien gire el pomo y tire de ese trozo de madera con un gesto alegre. Aunque falsa, necesito una sonrisa que me suba de nuevo al trono.

No hay comentarios: