miércoles, 17 de noviembre de 2010

Mírame al teléfono.

Mírame al teléfono, llámame al espejo, bésame en tus manos y cierra los ojos.
Hazme disfrutar disfrutando y pégame cuando yo te haga daño. Séeme infiel y no te arrepientas de ello, machácame hasta que tu sonrisa abra el telón de la reconciliación al mismo tiempo que nos metemos bajo las sábanas. Déjame seco de pasión y dame de la tuya con un lengüetazo, tírame el jarrón a la cabeza y después arreglémoslo juntos como en las pelis americanas.
No seas una princesa, sino una dulce malvada, pero sé tú, no como los demás